Aprovechando que en estos últimos días hemos descubierto nuevos movimientos del director de cine catalán Jaume Balagueró, he recordado una de sus películas que pude ver en mi adolescencia y que, más adelante, durante mis estudios audiovisuales fue objeto de estudio y análisis en distintos trabajos: Frágiles.
Jaume Balagueró trabaja en una nueva producción "Muse" que presentará la historia en forma de thriller de terror donde Salomon, un hombre que ha
pasado una temporada de baja laboral tras la trágica muerte de su
novia. Al recuperar la rutina sufre recurridamente una pesadilla en la
que una mujer es asesinada.
Frágiles fue rodada íntegramente en inglés, cosa que permitió la exportación internacional de la producción final. Presenta una leyenda que Jaume había escuchado en un hospital donde estuvo ingresado a los 12 años y que, después quiso trasladar al cine.
Argumento:
Amy es una enfermera que comienza a trabajar en un
hospital infantil situado en la Isla de Wight (Gran Bretaña). El centro que ha de
cerrar sus puertas después de cien años de servicio y por daños en la
estructura de las paredes del edificio los pacientes han de ser
trasladados a otros hospitales en las próximas semanas.
Cuando se inicia el traslado de los últimos pacientes (niños) comienzan los acontecimientos extraños que parecen intentar atar a estos pequeños pacientes al ténue lugar. Amy, la enfermera, deberá proteger a los niños sin saber a qué se enfrenta.
Durante mis estudios en realización audiovisual escogí este film precisasamente por el leve trayecto del director y por el cambio que esta película supuso en su estilo, antes había estado detrás de Los sin nombre o Darkness. Dejando atrás los recurrentes tópicos utilizados en las pasadas películas que resultaban efectivos pero predecibles, en esta película Jaume controla mucho mejor la dirección, fotografía y banda sonora de la pieza completa con el fin de crear una ambientación idónea para adentrarnos en la historia permitiéndonos ir del thriller al terror en pocas escenas.
Parece que nos encontraremos en un escenario típico de películas de terror donde podemos intuir lo que va a suceder, cosa que nos lleva a pensar que se trara de una película más del montón pero sin embargo y, a pesar de que el guión y su continuidad se ven mermados en algunos momentos, el clímax final recoge un ambiente emocional que refleja la intención positiva y la correlación con la historia narrada que quiere transmitir el director.
Un nuevo enfoque por parte de Balagueró en el cuidado de los espacios, la iluminación, la localización escogida (un hospital) y el juego de planos así como la peculiaridad que esconde quién no les deja abandonar el hospital convierten el largometraje en ganador de un premio Goya a mejores efectos especiales.
En definitiva, una historia que puede parecernos finalmente tierna pero que presenta una atmósfera de tensión por la ambientación en la que suceden los acontecimientos.
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