Por fin he podido disfrutar de una sesión de cine este fin de semana y como no podía ser menos tenía que ir a comprobar si las informaciones que me estaba llegando sobre la película Babadook eran ciertas o no...
Argumento:
Amelia y Samuel, su hijo, intentan seguir con su vida tras la muerte del
marido de ésta. Samuel está obsesionado con eliminar al monstruo
imaginario que ronda por su cabeza. Le gusta leer y desarrollar inventos
para combatir contra él.
Un día descubre un libro en una estantería titulado Babadook: un libro
que cuenta la existencia de un monstruo sobrenatural del que nadie puede
deshacerse una vez conoce su historia. Tras leer el libro con su madre
se convence de que el monstruo que allí se describe es el que le
persigue.
La gran expectación creada por los medios y muchos críticos y analistas del género de terror despertaba especial interés en ver esta película y apostar por ella como un buen arranque del año para las películas de este género pero lo cierto es que puedo decir de manera generalista que tampoco es para tanto.
La película explota de manera muy sutil y cuidada el temor interno que todos hemos tenido de pequeños, el hombre del saco y es que esto es lo que realmente quiere simbolizar y despertar en el espectador: una figura imaginaria que juega en la mente de la protagonista de manera exhaustiva hasta sacarla por completo de conciencia y convertirla en una especie de posesión.
Este es el fallo más importante que encuentro en el planteamiento del film ¿por qué volvemos a recurrir a posesiones? ¿Por qué Babadook ha de "poseer" (o como dice en la película... entrar dentro del personaje) a la madre del niño?
Estamos delante de una obra muy bien cuidada y de realización y dirección excelentes por no decir que volvemos a adentrarnos en el clima del terror clásico donde todo ocurre entre cuatro pareces y la actuación de la protagonista es lo que hace de esta historia una locura transmitida de manera intencionada al espectador. La identificación con ella y el poder experimentar poco a poco los cambios de humor que presenta es lo que realmente atemoriza en sí más que el propio personaje Babadook.
Estamos delante de una obra muy bien cuidada y de realización y dirección excelentes por no decir que volvemos a adentrarnos en el clima del terror clásico donde todo ocurre entre cuatro pareces y la actuación de la protagonista es lo que hace de esta historia una locura transmitida de manera intencionada al espectador. La identificación con ella y el poder experimentar poco a poco los cambios de humor que presenta es lo que realmente atemoriza en sí más que el propio personaje Babadook.
A nivel técnico encontramos grandes composiciones y seguimientos constantes con steadycam a los personajes realzando la participación del espectador en la escena y dejándonos ver prácticamente en primera persona lo que está ocurriendo para transportarnos en el tiempo a nuestra niñez. Los altos contrastes entre blancos y negros (rangos dinámicos) y el juego con la iluminación y vestuario de la protagonista nos recuerda vagamente al ambiente de un psiquiátrico cuando ella se transforma por culpa de Babadook.
Por último, voy a hablar un poco del final y es que parece que han apostado firmemente en que la película no te deje indiferente sino que te haga pensar al menos durante un rato en todas las escenas que han sucedido desde el principio. El final se me hizo un poco extraño... un final que hay que relacionar con una escena específica del film que pudo pasar desapercibida en su momento.
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